domingo, abril 22, 2007

Un cacho de cultura: Orígenes de frases argentinas I

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La chancha y los veinte

Pretender todas las ventajas para sí mismo, en un negocio o en el trato cotidiano con los demás. Es una expresión criolla y muy de campo, originada en el mundo de los matarifes, criadores y vendedores de ganado. Originalmente se decía que el fulano en cuestión quería quedarse "con el chancho, la chancha y los veinte lechones". Por extensión, "hacer una chanchada" es negociar de una manera miserable, desleal para con los otros.

Ser un atorrante

Ser un vago, alguien que vive al día y sin trabajar. Cuando se construyeron las primeras cloacas modernas en Buenos Aires, a fines del siglo XIX, se usaron enormes caños cuyo fabricante era un tal "A. Torrant". Eran el refugio elegido por los mendigos para dormir. De "atorrante" deriva el lunfardo "rante" y "rantifuso". En su "Musa rea", Celedonio Flores admite tener "un alma rantifusa".


Tener un corso a contramano

Estar muy confundido, al borde de la locura. Los corsos que incluyen comparsas, mascaradas, bailes y otros juegos durante los tres días del Carnaval, florecieron en Buenos Aires desde los tiempos coloniales. Pero "tener un corso a contramano en la cabeza" ya es otra cosa, algo que nos viene del italiano y el lunfardo. Un tango de Cátulo Castillo, "Desencuentro", usa literariamente la metáfora cuando dice "en el corso a contramano un grupí trampeó a Jesús".

Irse a la quinta del ñato

Morir, terminar en el cementerio. Hay muchas versiones sobre el origen de la frase, que es un típico argentinismo. Algunos creen que viene del lunfardo de comienzos del siglo XX, otros, del habla gauchesca que queda fijada literariamente con el "Martín Fierro" de José Hernández, en la década de 1870. El ñato es la calavera de huesos desnudos, ya sin nariz. La quinta es el cementerio.

El que se fue a Sevilla, perdió su silla

Es un llamado a no descuidarse, porque se corre el riesgo de perder una posición social o un bien. Se cuenta que en tiempos de la reina Isabel la Católica, el obispo de Sevilla don Alfonso de Fonseca debió viajar a Galicia para resolver temas de la Corona española. Dejó en el cargo a un sobrino, pero cuando el obispo Fonseca regresó de su viaje, éste se negó a devolvérselo.


Vía Aquelarre de Anahí

2 comentarios:

Anónimo dijo...

También he escuchado más de una vez, graciosamente, "...la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos" en alusión exagerada a una actitud ventajista.

Antonio Castaño dijo...

Interesante ... y sabés de dónde viene la expresión "un cacho de cultura!!!"?