Pero a partir de cierto día los discípulos de Zarrapastro notaron que las sentencias del Maestro ya no eran lo que solían ser.
A uno le dijo:
Tendrás vida eterna
Pero también sabañones
Y si no sabañones
Hemorroides serán
A otro le dijo:
Serás cóndor en Los Andes
Y te cantarán los poetas
Pero te volverás gorrión
Y te bajarán de un hondazo
El hombre se fue triste, caminado lento. Eso le permitió escuchar algo más que Zarrapastro le decía:
Ningún poeta te cantará
Acaso el barrendero
Llegado a su casa, el hombre se suicidó.
A otro le dijo:
Tendrás mujer hermosa
Tendrás hermosos hijos
Te matarán por tu herencia
Preocupados, los discípulos fueron a ver al Maestro. Le dijeron:
–Maestro, tus últimas sentencias nos abruman de tristeza. Uno de los nuestros, incluso, se ha quitado la vida. Maestro, quisiéramos saber qué ocurre.
Zarrapastro pidió tres días para pensarlo.
Pasado ese tiempo regresaron los discípulos. Dijeron:
–Maestro, venimos para saber la causa de tu cambio.
Zarrapastro dijo:
–No hay causa.
Los discípulos dijeron:
–Maestro, no podremos vivir en la incerteza.
Zarrapastro meditó largamente. Caía el sol cuando dijo:
–Jodansé.
Al día siguiente se fue a otro pueblo.
Lo echaron a patadas al tercer día.
José Pablo Feinmann
1 comentario:
Ola, what's up amigos? :)
I will be glad to get some assistance at the start.
Thanks in advance and good luck! :)
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