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"Hay escasez de docentes en Ingeniería" es el título de una nota que publicó hoy el diario La Nación. A lo largo del artículo se plantean una serie de realidades por las que atraviesa la Universidad pública argentina. Se plantea que el problema central se basa en la escasez de docentes entre 30 y 50 años en las áreas de informática, telecomunicaciones, energía, petróleo, naval y electromecánica.
El eje de este problema lo sintetizan a partir del siguiente supuesto " Hoy es fácil encontrar ingenieros de 30 años que ejercen la docencia universitaria sin ascensos a la vista y un sueldo de $ 1200, a quienes les ofrecen un puesto full time en una empresa en expansión por $ 3500. " Esta situación, a mi juicio, también retrasa la carrera de los estudiantes. Debido a que, en general, les demanda una dedicación cada vez mayor, en perjuicio de la conclusión de sus estudios (por lo menos en ciencias de la computación parece ser así).
Por otro lado, debido a características propias de la jerarquía docente, se presentan situaciones adicionales que agravan el problema central. Por ejemplo, explica la nota que en la UTN "Con la caída salarial que implica la jubilación, los profesores eligen seguir después de los 65 años y eso tapona el crecimiento de otras generaciones. Se cortó la carrera académica. Si una persona de 45 años sigue siendo auxiliar sin poder ascender y ve posibilidades en otro lado, se va".
A esto debe sumarse que en ciertas casas de estudio existe un juego perverso que "favorece movimientos políticos internos" en contra de la calidad académica institucional. Esto se explica de la siguiente forma: un profesor o auxiliar con dedicación exclusiva, por presupuesto equivale a 4/5 cargos de la misma categoría pero con dedicación simple. Lo cual indica que, aparentemente, la concentración de cargos con dedicación exclusiva -lo cual es lo deseable en una universidad, donde los estándares internacionales sugieren que sea alrededor de un 60%- que favorece a la calidad académica. Pero esta concentración, a la vez, es perjudicial para el éxito de movimientos políticos internos, debido a que cada facultad o departamento -al poder definir su propia planta de forma autónoma- debe competir con sus pares en elecciones, a los efectos de gobernar la institución, y los votos en un mismo claustro no se ponderan por dedicación (el voto de un profesor con dedicación simple equivale al voto de una profesor con dedicación exclusiva).
Simplificando el tema se puede decir que electoralmente es mejor tener 4/5 profesores con dedicación simple que 1 profesor con dedicación exclusiva, y académicamente es mejor tener un profesor con dedicación exclusiva que 4/5 profesores con dedicación simple. Todo un dilema, ¿Qué posición ganará, la política o la académica?, creo que Darwin pensaría "en una primera etapa la posición electoral, pero en el tiempo prevalecería la posición académica".
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