Hay quien ve la luz al final de su tunel
Y construye un nuevo tunel, pa´ no ver,
Y se queda entre lo oscuro, y se consume,
Lamentando lo que nunca llegó a ser.
Yo no fui el mejor ejemplo y te lo admito,
Fácil es juzgar la noche al otro día;
Pero fui sincero, y éso sí lo grito,
Que yo nunca he hipotecado al alma mía!
Si yo he vivido parao, ay que me entierren parao;
Si pagué el precio que paga el que no vive arrodillao!
La vida me ha restregao, pero jamás me ha planchao.
En la buena y en la mala, voy con los dientes pelaos!
Sonriendo y de pie: siempre parao!
Las desgracias hacen fuerte al sentimiento
Si asimila cada golpe que ha aguantao.
La memoria se convierte en un sustento,
Celebrando cada rio que se ha cruzao.
Me pregunto, cómo puede creerse vivo,
El que existe pa´ culpar a los demás?
Que se calle y que se salga del camino,
Y que deje al resto del mundo caminar!
A mí me entierran parao.
Ay, que me entierren parao!
Ahí te dejo mi sonrisa y todo lo que me han quitao.
Lo que perdí no he llorao, si yo he vivido sobrao,
Dando gracias por las cosas
Que en la ruta me he encontrao.
Sumo y resto en carne propia,
De mi conciencia abrazao.
Parao! aunque me haya equivocao,
Aunque me hayan señalao,
Parao! en agua de luna mojao,
Disfrutando la memoria de los rios que he cruzao,
Aunque casi me haya ahogao, sigo parao!
Parao!
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